Emmanuelle Charpentier y Jennifer A. Doudna son dos científicas destacadas conocidas por su papel en el desarrollo de la tecnología de edición genética CRISPR-Cas9. Por este trabajo
revolucionario, recibieron conjuntamente el Premio Nobel de Química en 2020, reconocimiento que las destacó como pioneras en el campo de la biotecnología.
Emmanuelle Charpentier, nacida el 11 de diciembre de 1968 en Juvisy-sur-Orge, Francia, es microbióloga y genetista. Se formó en varias instituciones en Francia, los Estados Unidos y
Austria, y ha llevado a cabo una investigación significativa en patógenos bacterianos y mecanismos de infección. Charpentier descubrió una molécula de ARN tracr, que es parte clave del
sistema CRISPR-Cas9, en bacterias Streptococcus pyogenes.
Jennifer A. Doudna, nacida el 19 de febrero de 1964 en Washington D.C., Estados Unidos, es bioquímica. Doudna se formó en la Universidad de Harvard y ha trabajado en varias instituciones,
incluida la Universidad de California, Berkeley. Su investigación se ha centrado en la estructura y función de las moléculas de ARN y cómo estas moléculas pueden ser utilizadas para
editar genomas.
La colaboración entre Charpentier y Doudna comenzó en 2011, cuando se dieron cuenta de que podían reprogramar el sistema CRISPR-Cas9, un mecanismo que utilizan las bacterias para
defenderse de los virus, para editar genomas de una manera simple y precisa. Esta tecnología permite a los científicos cortar el ADN en puntos específicos, facilitando la edición o
modificación de secuencias genéticas.
La tecnología CRISPR-Cas9 ha revolucionado la biología molecular, proporcionando una herramienta poderosa y accesible para la investigación genética. Tiene aplicaciones potenciales en
una amplia gama de campos, incluyendo la medicina, la agricultura y la biología del desarrollo.
El trabajo de Charpentier y Doudna ha sido reconocido no solo con el Premio Nobel, sino también con numerosos otros premios y honores. Su descubrimiento ha abierto nuevas vías en la
investigación y el tratamiento de enfermedades, y ha planteado importantes cuestiones éticas y sociales relacionadas con la edición genética.
Ambas científicas continúan activas en la investigación y en el debate público sobre las implicaciones de la edición genética, y son consideradas líderes influyentes en el campo de la
biología molecular y la biotecnología.